La Unión de Empleados de la Justicia de la Nación repudia el violento e intolerante acto sufrido por el Doctor Ricardo Lorenzetti, perpetrado por los defensores de los genocidas, mientras presentaba un libro que da cuenta de los avances judiciales en la investigación penal de los crímenes cometidos por la última dictadura.
Por cierto, el ataque cometido por una decena de jóvenes que interrumpieron a los gritos la intervención del Presidente de la Corte Suprema, quien se encontraba acompañado por magistrados, periodistas y dirigentes de organismos de Derechos Humanos, no puede circunscribirse sólo en el Dr.Lorenzetti, sino en toda nuestra comunidad nacional, incluida la Justicia, que luchan contra la secuela de impunidad que los dictadores dejaron sembrada como peste sobre la institucionalidad democrática.

Como bien dice el presidente del Máximo Tribunal, esos juicios “no tienen posibilidad de volver atrás”. Constituyen un logro histórico de todos los argentinos, alcanzado tras muchos años de lucha, y que desde el año 2003 cobró renovada intensidad con el recambio de gobierno y el consecuente compromiso con los Derechos Humanos asumido por el ex presidente Kirchner, y continuado por la actual mandataria, Cristina Fernández.

Ese “contrato moral de los argentinos”, que incluye a los trabajadores de la Justicia, desespera a los fervientes defensores de los genocidas, muchos de los cuales, sin embargo, moran en las propias estructuras judiciales. De ahí la importancia del compromiso público asumido por el Presidente de la Corte Suprema, responsabilidad que comprende a todo el Poder Judicial

Los judiciales rechazamos todas las muestras de autoritarismo y expresamos al mismo tiempo nuestra solidaridad para con el Doctor Lorenzetti, y con todos aquellos que dentro del Poder Judicial cumplen con dignidad y valentía su tarea en contra de la impunidad, incluso separando de entre las propias filas a los actuales magistrados que en su oportunidad fueron cómplices del régimen de exterminio.